martes, 12 de julio de 2011

Como cualquier otro señor


Como cualquier otro,
este señor
también atesora una historia
que a su vez
encierra más historias,
infancias, adolescencias,
juventudes  excesivas.

Memorias de dolores
Ruidos mecánicos
Padres ajenos aunque propios.
Amores.
Amigos,
ya en estado de putrefacción.

Este señor acapara también
En su escroto,
Cientos de testículos de ancestros
Que han sido quizá gaseados,
Quizá fusilados, quemados vivos.
Quizá muertos de muerte natural.
(Como si hubieran  en este mundo
muertes que no son  naturales)

Quizá.
Nunca le faltó un quizá
A este señor
Que ya se siente pesado,
Arropado con  entretejida memoria,
y objetos que arrastra
Y ruidos otra vez
Y testículos.

Siente
que ya es hora de hacer un alto.
Una pausa importante
hacia dentro
y abandonar la fatigada carga
donde sea
donde nadie le diga aquí no.

Desechar ese lastre clandestino
De manera furtiva.
Como los que salen a medianoche
A echar la sombría basura al pie del árbol del vecino.

Eso es lo que tiene que hacer este señor
Para poder seguir viviendo.