miércoles, 23 de octubre de 2013

Time isn´t just money



Cercano ya a los setenta y cuatro años
Ebrio de calendarios, fechas,
La cabeza atestada de lunarios
De agendas indicando cuándo cae llorar
cuándo cae reír
como si preguntáramos cuándo cae la Pascua.

De relojes de arena  en los que el fino sílice
Pareciera haber sido sustituido
por familiares y amigos de toda índole
cayendo en desorden
Y marcando un tiempo que no sé si me pertenece,
Un tiempo de otros tiempos.

De agujas que completan las vueltas a los cuadrantes
Cuando ellas deciden.
Agujas temerosas
Que presumo retardan siempre
El momento de llegar a la vertical
Tanto como cualquiera de nosotros.

De almanaques con tacos donde cada noche
Uno tiene que ir arrancando un poco de energía.
Almanaques sin alma.

De metrónomos nazis que te marcan una música
Y aunque quieras, no podés dejar de mover los pies
Ni las manos ni los ojos ni el pensamiento.

Pero me siento raro, singular
Como si una felicidad sospechosa,
Una tímida felicidad
Tímida como la aguja del cuadrante
Estuviera siguiéndome por la calle
Sin siquiera atreverse
A preguntarme 
Qué día es hoy
Falta mucho para que termine
Cuándo llegará la noche
Y todas esas cosas
Que quieren saber esas curiosas felicidades.

A veces pienso
Quizá me esté convirtiendo yo también
En una pérdida de tiempo.
Quiza me esté convirtiendo
En tiempo perdido.