sábado, 6 de septiembre de 2014

SETENTA Y CINCO

SETENTA Y CINCO

Existe una bala para cada uno
Y la que me corresponde
ha sido ya disparada.

A lo lejos,
Allá en el fondo del túnel
Se distingue por fin la oscuridad.

Por fin.

Se alza el telón,
Empiezan los últimos actos.

Los viejos
Se sientan en el borde de la cama
Y antes de dormir
Se quitan ciertas cosas
Y las meten dentro de un vaso con agua.

Nos vamos quitando cosas
Que ya no podemos guardar
Ni retener
Ni recordar.

Cada día que pasa
Y que nos pasa
Abandonamos un poco de lastre.
Al menos
Bajaremos más livianos.

Después de todo,
Sólo somos una prótesis de la Muerte.

Es ella quien se sentará al borde de la cama
Se desprenderá de nosotros
Y nos dejará caer dentro del vaso.