jueves, 13 de enero de 2011

Salí a mi balcón

Salí a mi balcón
 
Salí a mi balcón,
ya era de madrugada.
Hacía frío.
 
Tomé el alba en mis brazos
y la traje hacia dentro,
quité sus ropas
la acosté a mi lado
nos quedamos dormidos.
 
Cuando se hizo la claridad
abrí los ojos,
me sentí más sabio
pero la madrugada se había ido
junto con su aroma.
 
Quedaban las sábanas en desorden,
como si hubiésemos hecho el amor.
Quizá lo hicimos,
no puedo recordarlo, no lo sé.
 
Las noches que siguieron
volví a salir a mi balcón
y las esperé en vano.
Entendí que ya no quedaban madrugadas para mí.
 
Entendí que sólo me pertenecían las noches.
 

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