El día entero transcurre
y la noche
mientras vivo maniatado
amordazado
con el viento en la garganta.
Me fatigo mirando negros boxeadores
a quienes la sangre
les circula dentro de los guantes.
Adoro cuando caen
y el dedo índice del árbitro se hamaca sobre sus ojos.
Uno
Dos
Tres
Cuatro.
Cuenta los segundos la lengua de arena.
Quiero amarte y estoy groggy.
Quiero bailarte y permanezco en el rincón.
Porque tengo el viento en la garganta.
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