domingo, 3 de octubre de 2010

Soneto ajeno

No sé quién es. Lo miro y me sospecho.

No sé quién vive dentro de mi ropa.

Alguien que fuma, y canta. Y que galopa

dentro de mí. Bajo mi propio techo.



Yace conmigo en el insomne lecho.

Bebemos juntos de la misma copa.

Y en los días en que me rebelo en popa,

se ocupa del timón un largo trecho.



Caray con este yo, que es mi inquilino.

Que usa hasta mi nombre y mi apellido.

Habla en mi boca, camina mi camino.



Como un ciego parásito adherido

seguirá complicándome el destino.

¿ Sabrá bastarse cuando me haya ido?

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