domingo, 3 de octubre de 2010

Una de estas mañanas

Una de estas mañanas
despertaré
sin estar decapitado;
y dejaré que mis huesos decidan
lo que quieren que les duela.

Una de estas mañanas
será lunes
y decidiré que no lo es.

Una de estas mañanas
haré un atado con todos los odios
y pagaré lo que me pidan
para que se los lleven lejos.

Una de estas mañanas
abriré los ojos temprano
en la madrugada;
y resolveré que voy a quererte del todo.
Caiga quien caiga.

Te llenaré la garganta de besos
de caricias
hasta que con un gesto de tu mano íntima
me detengas.

Y te indemnizaré
por todos los hastíos
por todos los rencores,
por un que ayer me dijiste
que una de tus palabras
que tu manera de mirarme
que tu risa
que tu algo.

Una de estas mañanas
comenzaré a caminar descalzo
sin mirar hacia atrás,
sin cruzar de vereda.
Aunque oyera la voz de mi padre.

Una de estas mañanas
me vengaré.
Ya verás.

Me vengaré de mí mismo.


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