domingo, 26 de septiembre de 2010

Hace ya...

Hace ya cerca de sesenta y nueve años
Que este navío está encallado
Anclado en el íntimo puerto
Cada día más pringosas,  estancadas
Las aguas que lo rodean.

Hace ya cerca de sesenta y nueve años
se confunden cada vez más
proa y  popa.
Inútiles ahora su babor,
Su estribor.

Cruje la sentina oxidada.
Exhala el postrer humo
la chimenea
Su mascarón de proa
Se ha convertido en una mascarada.

En las horas oscuras del oscuro puerto
Acerco mi oído a su casco reseco.
Percibo el vaivén del timón
Retumban desnudos pasos en la cubierta
Las velas, aunque deshilachadas,
Ellas mismas se levantan.

Quiere navegar, no hay dudas.
Quiere volver aguas adentro.
Quiere regresar a su vientre
Quiere y ansía la deriva.

Añora la deriva, la eterna deriva.

Quizá un día de estos olvide la planchada
Leve lo mínimo que resta del ancla
Y se aleje sin despedirse
Con dolor.

Sin despedirse.

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